El equipo de cazadores establece su siguiente objetivo: un torturador de la dictadura argentina que lleva escondido varios años en España, Antonio Alba. Se sabe que Alba ha contactado con un general retirado, responsable a su vez de múltiples torturas, y le ha preguntado por una joven argentina que reside en España: Belinda. El antiguo torturador vive una vida anónima y gris como empleado en un hotel. Su seguridad y su anonimato se ven amenazados por la llegada de una nueva empleada al hotel, la hija de una de sus víctimas. Su nombre... Belinda. Ana no quiere creer que Porto esté involucrado en la trama que llevó a la muerte de su familia y Tila se enfada con ella por sus dudas. Finalmente, Ana decide tener un cara a cara con su amigo y mentor en la policía...