Hoy en Padre Carmen hablamos de uno de los motores del ser humano: el enfado. Porque si algo ha aprendido Victoria en la vida es que lo mejor no es gestionar la ira, sino aguantárselo todo hasta explotar de golpe, preferiblemente un martes a las 3 de la mañana para que lo oigan bien los vecinos. Y hay que hablar de lo bonito que es discutir diciendo frases absolutas como “Tú siempre…” o “A mi nunca…” con lágrimas en los ojos y un zapato en la mano y luego arrepentirse. ¿Es mejor ir soltando pequeñas dosis de cabreo o dejarlo todo dentro hasta que un día termines pidiendo disculpas por haber llamado a alguien “error biológico”? ¿Y qué hacemos con esa gente que está enfadada todo el día? ¿Les pegamos un tiro o simplemente dejamos de invitarles a planes? Un episodio para aprender a discutir mal, como se ha hecho toda la vida.