El fracaso es directamente proporcional a las expectativas que tengas de la vida. Si tu sueño es trabajar con Tarantino, como le pasa a nuestro invitado de hoy, Carlos Areces, es normal que te sientas como un fracasado y pienses que no merece la pena seguir viviendo al no alcanzar tu meta. Sin embargo, si lo que más te motiva es mantener vivo el ficus que te regalaron por tu cumpleaños, es bastante más probable que lo consigas y, por tanto, te sientas realizado. Moraleja: cuanto más mediocre seas y menos aspiraciones tengas, más feliz serás, ¿y acaso no es ese el objetivo vital de todo ser viviente? Carlos Areces tiene precisamente ese problema, que siempre ha soñado a lo grande y ha sido muy ambicioso, lo que le ha hecho ser una persona infeliz e incompleta. ¿Que también le ha llevado a trabajar con Almodóvar y Álex de la Iglesia? ¿A protagonizar la mitad de las series y películas españolas de las últimas décadas? Puede ser, pero ese no es el tema.