El dato del paro ha liquidado cualquier posibilidad de Rubalcaba de ganar las elecciones. La ciudadanía está enfadada, desanimada y tiene la sensación de que no hay capacidad de resolver los problemas e irritada por las indemnizaciones que reciben directivos de cajas de ahorros resactadas con dinero público. Desánimo, irritación y estupefacción son las palabras.