Retrocedemos 400 años en el tiempo para trasladarnos al Renacimiento andaluz. Una explosión cultural iniciada en Italia en el siglo XIV, que se difundió por el resto de Europa durante los siglos XV y XVI. Una nueva época de esplendor artístico propiciada por la abundancia de recursos económicos y las necesidades religiosas, surgidas tras la conquista de Granada, que hicieron posible la construcción de iglesias, monasterios y palacios urbanos. Granada fue uno de los principales centros de la arquitectura renacentista, donde destaca el palacio de Carlos V, situado en la misma Alhambra. Jaén cuenta con el legado de Andrés de Valdelvira en las ciudades de Úbeda y Baeza. Y en Sevilla se disfruta de lujosos edificios como la fachada del Ayuntamiento y la Sacristía Mayor de la Catedral, ambas de Diego de Riaño. Otras construcciones hispalenses singulares son la Casa de Pilatos y el Palacio de Dueñas, donde se combinaron los azulejos y artesonados de tradición musulmana, con los elementos