Abderramán III se proclamó califa en Córdoba convirtiendo a su Califato en una de las regiones más prósperas de Europa. La Mezquita de Córdoba, una de las más grandes del mundo durante mucho tiempo, era un reflejo del esplendor de la ciudad, con más de 200 palacios y 80.000 comercios. La presencia árabe en nuestra tierra hizo que Andalucía, por ejemplo, no viviera el oscurantismo que existente en Europa durante la Edad Media. Los árabes aportaron educación a su pueblo y una cultura y un arte que aún conserva nuestra tierra.