Desesperado por la fuerte caída de las ventas y la escasez de clientela, Antonio Recio busca la manera de levantar su negocio a toda costa. Para ello, el mayorista de pescado decide unilateralmente colocar un cartel publicitario de “Mariscos Recio” a la entrada de la urbanización. Las dimensiones y aparatosidad del cartel suscitan el malestar de los residentes de “Mirador de Montepinar”, que reclaman medidas urgentes a Judith y Enrique. Entretanto, un anciano millonario contrata a Amador como chofer de su querida esposa. En su primera jornada laboral, el “Cuqui” descubre, para su sorpresa, que la mujer para la que trabajará no es una señora de avanzada edad, sino una sofisticada ex-modelo llamada Victoria (Juncal Rivero). Mientras su adinerado esposo está volcado en sus negocios, la atractiva joven no duda en utilizar al “ex” de Maite para paliar su soledad y aburrimiento.
Desesperado por la fuerte caída de las ventas y la escasez de clientela, Antonio Recio busca la manera de levantar su negocio a toda costa. Para ello, el mayorista de pescado decide unilateralmente colocar un cartel publicitario de “Mariscos Recio” a la entrada de la urbanización. Las dimensiones y aparatosidad del cartel suscitan el malestar de los residentes de “Mirador de Montepinar”, que reclaman medidas urgentes a Judith y Enrique. Entretanto, un anciano millonario contrata a Amador como chofer de su querida esposa. En su primera jornada laboral, el “Cuqui” descubre, para su sorpresa, que la mujer para la que trabajará no es una señora de avanzada edad, sino una sofisticada ex-modelo llamada Victoria (Juncal Rivero). Mientras su adinerado esposo está volcado en sus negocios, la atractiva joven no duda en utilizar al “ex” de Maite para paliar su soledad y aburrimiento.