Las pruebas de ADN confirman las sospechas de la BAC. Moisés está en busca y captura, mientras lidia con sus demonios internos. Elena habla con Jáuregui, el abogado defensor de Vistas, quien desconfía de las pruebas que incriminaron a su cliente. Analizando las pruebas del caso de Lara Macaya de años atrás, Buendía ve algunas incoherencias que indican que todo pudo ser un montaje orquestado por Salvador Santos. La actitud de Zárate deja dudas sobre sus intereses, y es apartado del caso.
Moisès, le père de Lara et Susana, a commis l’irréparable, poussé par El Capi, son cousin. Blanco et son équipe le recherchent activement, tandis qu’il lutte contre ses propres démons. L’inspectrice interroge également Jáuregui, l’avocat de Vistas, convaincu de l’innocence de son client. En se plongeant dans le dossier du meurtre de Lara, Buendia se rend compte qu’une preuve a été falsifiée par Santos, le légiste aujourd’hui à la retraite. Blanco décide alors d’écarter Zarate de l’enquête lorsqu’elle se rend compte de sa proximité avec Rentero.