Internet se ha convertido en la herramienta perfecta para los pederastas. Ya no tienen que acudir a parques y piscinas para saciar sus obsesiones, sólo deshacerse de todo el material pornográfico infantil que se encuentra en la red. Mediante técnicas avanzadas de rastreo e investigación de imágenes se ha conseguido detener a miles de pederastas en el mundo y salvar a muchos niños del abuso sistemático al que eran sometidos. Pero los delincuentes sexuales se hace cada vez más listos e intentan evitar ser descubiertos por lo que las autoridades mundiales no pueden dejar de vigilar la red.