La privacidad en las redes sociales e Internet es frágil. Los datos personales de los usuarios son muy valiosos y codiciados. Son el objetivo para Facebook o Google. Estos gigantes manipulan a la sociedad de una manera muy sutil pero a la vez poderosa. Existe una fina línea tenebrosa entre lo permitido y lo inaceptable. Google cruza esa línea todos los días. Y no sólo cruza la línea tenebrosa, sino que la ubicación de dicha línea cambia constantemente.