El Coloso le expresa a Rosario su preocupación por el desempeño de Sigifredo, señalando que ya no está en condiciones óptimas para seguir tocando en el Plaza Garibaldi. Ante esta situación, insiste en la necesidad de hacer cambios importantes en el grupo musical. Rosario enfrenta la difícil tarea de comunicarle a Sigifredo que, debido a su estado, ya no puede continuar tocando en el Plaza Garibaldi. Sin embargo, la nobleza y el gran corazón de Sigifredo complican esta decisión.