Anna lleva cinco años planeando la fuga de Daniel. Dispuesta a todo para sacarlo de allí, obtiene una plaza en el Cuerpo de Funcionarios de Prisiones y consigue un destino en La Torre. Una vez allí, contactará con su marido y con otros miembros de la Resistencia. Sin embargo, Anna tendrá que sortear numerosos imprevistos.
Consciente de que para huir de La Torre tendrá que entrar en la depuradora para acceder así a los antiguos conductos de ventilación de la cárcel, Anna Serra comienza a diseñar el plan de fuga con el que espera liberar a su marido, Daniel. Para evitar los controles y las cámaras de seguridad que siguen de cerca sus movimientos, cambia los turnos de trabajo. Integrada por completo en el equipo de funcionarios del centro penitenciario de máxima seguridad, la joven logra ganarse la confianza de Reverte. Sin embargo, sus extrañas e intempestivas salidas de madrugada suscitan las suspicacias de Marla, su compañera de habitación. Entretanto, Anna aborda un complejo cometido: convencer a la doctora Romero, la psicóloga del penal y simpatizante de la Resistencia, de que su atrevido plan de huída es factible.
Ante la sucesión de abusos continuados y el incremento de las rivalidades entre los presos por el control de la droga, Reverte decide intervenir para imponer sus reglas en La Torre. En este clima de tensión se produce un acontecimiento insólito: el recluso más veterano del penal se rebela y solicita hablar con Graus, el director de la prisión. Ambos comparten un episodio del pasado y el preso desea plantearle la revisión de su condena. Entretanto, los planes de fuga de Anna siguen adelante. Aunque la joven ya sabe quiénes le apoyan en su arriesgada empresa, ignora que Marla, su suspicaz compañera de habitación, les ha descubierto y podría delatarles en cualquier momento. Tras cambiar su turno con uno de los funcionarios, Anna logra que Daniel acceda a los conductos de ventilación para marcar las indicaciones señaladas en el mapa. Todo parece trascurrir según lo previsto, hasta que el grupo se enfrenta a un problema inesperado que les lleva a replantearse el plan de huída inicial.
Daniel se muestra convencido de que es imprescindible acceder cuanto antes al montacargas, llegar a la otra plataforma y comprobar el estado de las “mandarinas” (barcazas de salvamento) con las que piensan escapar, ya que la operación de fuga es complicada y el tiempo apremia. Una vez más, gracias a la ayuda de Anna, él y Jota lograrán introducirse en los conductos de ventilación y acceder al elevador, pero allí se encontrará con problemas imprevistos y algo más inquietante: se dan cuanta de que allí hay alguien más. Mientras tanto, en la cárcel, una de las reclusas da a luz a un niño de forma inesperada durante un paseo rutinario en el patio. Los embarazos en La Torre no están permitidos y la enfermería está equipada para atender sólo intervenciones sencillas. Además, la reclusa no ha protagonizado ningún vis a vis durante los dos últimos años, lo que hace aumentar la sospecha de que el padre es un funcionario. Ante el escándalo, Graus no parará hasta descubrir quién es el responsable. Entretanto, prosiguen las tensiones entre los reclusos y las luchas internas de las mafias por el control de la droga. Tyson ya ha marcado su territorio.
A pesar de que todo se está tornando cada vez más difícil, Anna no está dispuesta a parar la fuga. Aún a riesgo de ser descubierta, no duda en modificar las imágenes de las cámaras de seguridad para cubrir a Jota. La reclusa deberá acudir al montacargas y llegar sola a la otra plataforma. Sin embargo, un accidente inesperado retrasará su vuelta a “la torre”, lo que obligará a la doctora Romero a realizar una intervención in extremis. Mientras tanto, la vida en la prisión se verá alterada por la salida de Santos del agujero y, sobre todo, por los movimientos de Tyson para afianzar su posición de poder. Pero Reverte tomará medidas para que nada escape a su control.
"Número Uno", el preso más antiguo de La Torre, se mantiene en huelga de hambre ante la negativa de Graus a su excarcelación. Su delicado estado de salud llega a oídos del resto de presos que rápidamente se movilizan, aunque al director parece no importarle las consecuencias que pueda tener un posible motín en la prisión. Para Jota, Leo y Greta sería una buena oportunidad para avanzar en su plan y averiguar qué se esconde en la otra plataforma. Por su parte, Reverte interroga a algunos de los reclusos, entre ellos Daniel, pero no podrá evitar que el motín se precipite. Rápidamente se genera el caos a manos de los presos, que lograrán capturar a varios de los funcionarios.
La llegada de Dulce no pasa inadvertida para Reverte, que intentará aprovecharla como una nueva oportunidad de ampliar su hegemonía en la prisión. A la par que los nuevos presos, llega a La Torre un nuevo cargamento de suministros, lo que resulta la oportunidad perfecta para que Tara, la hermana gemela de Jota, pueda entrar en La Torre sin ser vista para poder sustituir a la ingeniera mientras ésta se dedica plenamente a avanzar el plan de fuga. Sin embargo, la joven reclusa ignora que su vida va a correr un gran peligro en la otra plataforma, donde alguien con oscuras intenciones espera su llegada.
Los habitantes de la plataforma clausurada no dudan en retener a Jota hasta que los miembros de la Resistencia les hagan llegar todo lo que exigen. Durante su secuestro, la joven averigua no sólo por qué les atacaron cuando intentó acceder a sus dominios, sino también las verdaderas razones por las que permanecen allí. Entretanto, Reverte intenta acercarse más a Anna y su obsesión por ella deja al descubierto duros recuerdos de su pasado que todavía le perturban. Sin embargo, la mayor amenaza del plan de fuga es otra: un huracán de dimensiones titánicas se aproxima a la prisión con tal rapidez que resulta imposible activar el protocolo de evacuación.
Reverte continúa obsesionado con Anna y no va a permitir que lo ocurrido entre ella y Daniel durante la noche del huracán vuelva a repetirse. Para evitar sus represalias, Anna se verá obligada a mantener un doble juego con el jefe de los funcionarios, que sólo piensa en poder dar a Daniel una muerte lenta y dolorosa. Entretanto, en la otra plataforma, Jota descubre que la embarcación está peor de lo que esperaba, corroída por el óxido y con serios problemas en el motor. Para arreglarla deberá volver a La Torre y conseguir las piezas que necesita sin que nadie sospeche nada, para lo cual Tara tendrá que permanecer escondida en el montacargas sin que nada haga presagiar el grave peligro que le acecha.
El asesinato de Tara ha sido un duro golpe para todos, especialmente para Jota, de quien en estos momentos depende el éxito del plan de fuga. El grupo tiene sospechas sobre quién ha podido ser el asesino y cómo ha conseguido llegar hasta el montacargas. Por su parte, Graus ha descubierto que hay un infiltrado en la cárcel que ha estado manteniendo conversaciones con Sandro, el líder de la resistencia. Para averiguar su identidad, el director cuenta con el apoyo de Vanesa Ríos (Maru Valdivieso), la Directora General de Prisiones, que llega a La Torre dispuesta a todo para descubrir la verdad. Para ello, decide llevar a cabo un tortuoso interrogatorio a todos los miembros de la Resistencia.
Gracias al mensaje que la doctora Romero le envió antes de ser detenida y trasladada fuera de La Torre, Anna descubre que Sandro ha estado arriesgando las vidas de sus compañeros de la Resistencia encarcelados. Mientras, en la otra plataforma, Jota e Isaac consiguen arreglar el motor de la mandarina, pero se dan cuenta de que la embarcación está demasiado deteriorada para cargar con tantas personas. Por su parte, Reverte descubre quién es el infiltrado del Servicio de Inteligencia en la prisión y recibirá un duro golpe que pondrá en peligro su hegemonía.
Morris, que ya ha desvelado que es en realidad un agente del Servicio de Inteligencia infiltrado en la prisión, informa a Graus del objetivo de su misión. Será entonces cuando el director y su equipo tratarán de parar los planes de la organización terrorista AKA para evitar un atentado de alcance mundial. Entretanto, la alarma de fuga pone sobre aviso a Reverte, que intentará evitar a toda costa que Anna logre escapar con Daniel y que el resto de presos de la Resistencia consigan cruzar la tubería y alcanzar la embarcación. Por su parte, Jota tratará de poner en marcha la mandarina y activar las compuertas para salir de la otra plataforma.
