En 2006, Sergio jugó en Europa por primera vez. Las visitas de su padre interferían con su rutina, y el club le exigió más disciplina. Más tarde juega con la selección nacional en el Mundial de Rusia, pero los enfrentamientos con el entrenador perjudican las posibilidades del equipo de triunfar. Su llegada al fútbol inglés abre una etapa de triunfos pero pronto llega el dolor de una separación.