Edgar hace todos los arreglos necesarios y se gasta una millonada en el concierto al que invitó a Laura, sin embargo, la joven no llega y lo dejan plantado, una humillación que desata su ira. En medio de su depresión, Edgar debe escuchar a sus colegas, llamarlo “trapero de exteriores” y otras burlas, esto, mientras que asegura que nadie tiene derecho a verle la cara de payaso y no quiere volver a saber nada de las Domínguez.