Aterrada de las acciones de su propio hijo y del final que pudiera tener, Mariana escuchó las palabras de Luciana y decidió ayudarla. La integrante de la familia Avendaño llamó a Roberto para informarle la ubicación de Memo con la única condición de no hacerle daño. Luego de ser desarmado por Luciana, Memo se vio en la necesidad de huir de la policía. Roberto fue el encargado de ir tras sus pasos, pero el villano encontraría un cruel desenlace al ser atacado por unos perros salvajes. Contento por su triunfo en las elecciones presidenciales de México, Enrique festejaba frente a los reporteros, pero fue Roberto el encargado de arruinar el momento al aparecer para arrestarlo. Ante su sueño derrumbado, el político se vio incapaz de salvarse. Unidos por un deseo de justicia que con el tiempo alimentó el amor, Luciana y Roberto ganaron la lucha contra las trampas y engaños. Felices por ver sus caminos unidos, ambos sellaron con fuerza el amor vivo en sus corazones.
Terrified by her own son's actions and what could happen to him, Mariana hears Luciana's words and decides to help him. The member of the Avendaño family calls Roberto to inform him of Memo's whereabouts, with the only condition being that he not hurt him. After being disarmed by Luciana, Memo was forced to flee from the police. Roberto is in charge of locating him, but the villain meets a cruel end when he is attacked by wild dogs. Exultant with his victory in the Mexican presidential elections, Enrique celebrates in front of the reporters, but it is Roberto who ruins the moment by appearing to arrest him. With his dream destroyed, the politician finds himself unable to save himself. United by a desire for justice that ended up nurturing love, Luciana and Roberto win the battle against traps and lies. Happy to see their paths united, both firmly seal the love alive in their hearts.
Aterrorizada pelas ações do próprio filho e pelo que poderia acontecer com ele, Mariana ouve as palavras de Luciana e decide ajudá-lo. A integrante da família Avendaño liga para Roberto para informá-lo da localização de Memo, com a única condição de que ele não o machuque. Após ser desarmado por Luciana, Memo foi forçado a fugir da polícia. Roberto é o encarregado de localizá-lo, mas o vilão tem um fim cruel ao ser atacado por cães selvagens. Exultante com sua vitória nas eleições presidenciais mexicanas, Enrique comemora diante dos repórteres, mas é Roberto quem estraga o momento ao parecer para prendê-lo. Com seu sonho destruído, o político se vê incapaz de se salvar. Unidos por um desejo de justiça que acabou nutrindo o amor, Luciana e Roberto vencem a batalha contra as armadilhas e as mentiras. Felizes por verem seus caminhos unidos, ambos selam firmemente o amor vivo em seus corações.