Juana Inés es echada de la casa de sus tíos y enviada a la corte virreinal a probar suerte. Con apenas 16 años, logra el apoyo del virrey de Mancera, pero también el amor obsesivo de la virreina Leonor. Para ser la tutora de la hija de los virreyes, la joven es sometida a examen público ante las mentes más brillantes de la Nueva España que terminan por alabar su lucidez y erudición. El padre Antonio Núñez de Miranda, confesor de los virreyes, es exhibido por Juana Inés públicamente y en venganza, ordena una investigación sobre su origen.