Es joven, muy joven y parece mucho más joven aún, pero la chef Vicky Sevilla es toda una lección de vida, de madurez, de esfuerzo y de superación. Porque ha sabido aprender de sus fracasos y empezar desde cero a base de talento, actitud, determinación y una fuerza de voluntad a prueba de bomba en una profesión que "te quemas, te cortas y pasas muchísimo calor… pero haces feliz a la gente".