Córdoba es una de las ciudades más antiguas de Europa con gran importancia a lo largo de la historia de España. Capital de la Bética, la provincia más romanizada del Imperio, Capital del Califato Omeya en el siglo X, ciudad clave del judaísmo y enclave estratégico de la frontera cristiana durante los últimos siglos de la Reconquista. En pocas ciudades de España, como en Córdoba, se puede hacer un recorrido tan completo por la historia de nuestro país. En 1994 fue declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y además de sus innumerables méritos históricos, religiosos, arquitectónicos, etc. aporta la vida de su casco histórico, el segundo más grande europeo con más de 30000 habitantes. La Mezquita-Catedral es su elemento más conocido. Se empezó a construir durante el reinado del primer emir de Córdoba, Abderramán I en el siglo VIII, pero es en el siglo X con Al-Ha Kam, cuando se refleja en ella el nivel artístico más sofisticado. Con la conquista de Córdoba por Fernando III la Mezquita se consagra se declara espacio sagrado. Un conjunto absolutamente original y único en el mundo Pero hay muchos más elementos que definen el “alma de la Ciudad”: una de las Juderías más antiguas, el Alcázar, la cría de caballos andaluces que tiene aquí su origen, el flamenco, las tabernas, las guitarras, los jardines, los patios, la gastronomía, el arte, la artesanía… Medina Azahara está a sólo unos pocos kilómetros de Córdoba. Mandada construir por Abderramán III para mostrar al mundo todo el poder del Califato, los trabajos de excavación empezaron en el siglo XX y sólo se ha desenterrado el 10% de la ciudad. Recientemente ha sido declarada también Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Hay muchas razones y momentos adecuados para visitar Córdoba, desde su Semana Santa, declarada de Interés Turístico Internacional, pasando por la Feria, los Patios (Patrimonio Inmaterial de la Humanidad), la Semana del Flam