Esa inflación disparada, que hace que nos cueste mucho más llenar el carro de la compra, está creciendo por un motivo concreto: las empresas protegen sus beneficios. Durante un tiempo se temió que los precios subieran si aumentaban los salarios. El Banco Central Europeo dice ahora sin embargo que no son los sueldos, sino las empresas y sus márgenes las que alimentan la espiral.