Sergiy Larionov tiene 33 años y trabajaba en un hotel de Donestk cuando en 2014 las tropas de Putin invadieron el este del país. Sergiy huyó a Kiev. Y ocho años más tarde, la segunda ofensiva rusa le pilló refugiado en la capital. Volvió a escapar de las bombas, esta vez hacia el oeste. Hoy la guerra ocupa toda su vida: trabaja en una ONG ayudando a sus compatriotas refugiados.