Casi cinco millones de personas en España sufren insomnio crónico. Si miramos quién tiene o ha tenido problemas para dormir en momentos puntuales, las cifras se disparan: la mitad de la población cuando se mete en la cama no sabe si va a poder descansar. Los médicos en la sanidad pública, desbordados de trabajo, a menudo no tienen otra opción que recetar fármacos. Eso hace que seamos el país que más somníferos consume en el mundo.