La lucha vecinal, que ha servido históricamente para reclamar servicios públicos, se está extendiendo a los barrios acomodados. El motivo principal es el cambio de modelo de ciudades como Madrid, donde los vecinos critican que sus calles sean vistas solo como una oportunidad de hacer negocios. En esas zonas con mayor poder adquisitivo, esa lucha cuenta con más recursos que la que se mantiene en barrios más humildes donde las asociaciones de vecinos aseguran que se ha desinflado la protesta. Las razones son: el envejecimiento de la población, un menor compromiso por parte de las asociaciones de profesionales y el hecho de que viva en ello. tanta gente de alquiler, es decir, de paso.