Martín Romero es un juez íntegro y reputado que vive en Sevilla y cuya vida cambia por completo cuando su hijo Álex comete un atropello y se da a la fuga. Romero, a pesar del miedo a que su hijo sea condenado, decide hacer lo correcto y convence a Álex para ir a comisaría y contar lo ocurrido, pero entonces descubren que la víctima es hijo de los Aguilar, una peligrosa familia de la mafia. El juez comprende que Álex ya está condenado de un modo u otro y toma una decisión para la que no está preparado: protegerlo y encubrir el atropello.