¿Qué tienen en común un político demócrata proesclavista y un prestigioso abogado canadiense? Los humanos tenemos la pulsión irrefrenable de hacernos entender. Necesitamos comunicar nuestro singular punto de vista, que, no nos engañemos, siempre es correcto. No es que los demás se equivoquen a mala fe, es que no tienen la información de la que nosotros disponemos. Pero en ocasiones, deseamos demasiado fuerte hacernos entender, y ya sabemos que la muerte está a la vuelta de la esquina. Es posible que, como le pasó al político Clement Vallhadingham, recrear un suceso peligroso de manera totalmente realista no sea la mejor idea del mundo. Y el abogado Garry Hoy puede dar fe de que, si nadie te ha pedido explicaciones, a veces es mejor no darlas. Posiblemente a ambos les habría gustado escuchar esto antes de morir.