¿Qué tienen en común un antiguo levantador de piedras vasco y el legendario ilusionista Harry Houdini? En vida, a priori, muy poco. Es difícil pensar en senderos de vida más opuestos. Houdini nació en Budapest, en el Imperio Austrohúngaro, en 1874. Fue un escapista e ilusionista tan memorable, que su nombre todavía resuena en el imaginario colectivo ciento cincuenta años después. Los ecos de la vida de José Ibar, nacido a principios del siglo veinte en Guipúzcoa, no llegaron tan lejos. Es, como mucho, recordado de refilón por ser el padre del conocido y malogrado boxeador José Manuel Ibar, Urtáin.