Gabriel "encontró" a Alexander en un cementerio de Davos, Suiza. Allí llevó a Muriel para que tuviera algunas palabras hacia su supuesto padre biológico. Por su parte, Catalina decidió renunciar a la fundación y en su oficina recibió la vista de Piedad, quien le sugirió que se divorciara de Cristóbal y realizaran un viaje junto a las niñas lo más lejos posible.