Catalina escucha la evaluación psicológica de Lautaro y se da cuenta que su expareja siempre pensó que la bebé que ambos tuvieron fue cremada. Para rectificar esto, fue a verlo y le relató que la niña está enterrada en Zapallar. Tras esto, visitó a su madre y le exigió que repare el daño que le hizo a Lautaro, al menos con una disculpa.