Unos incrédulos policías atrapan a Gumaro en medio de la selva. La llegada de un caníbal a la cárcel tensa a los demás reos. El reportero y Gumaro sostienen su primera entrevista.
Gumaro evoca su pasado violento, habla del chamán al que le prometió tres muertes y confiesa por qué decidió comerse a la víctima. La tv quiere una entrevista con Gumaro.
El reportero regresa al penal, ahora con las cámaras de televisión. El diagnóstico de la primera evaluación psiquiátrica abre una posibilidad de que Gumaro quede en libertad.
Luxon, el compañero de celda de Gumaro, reconstruye las revueltas donde el caníbal se vio involucrado. Una voz le ordena a Gumaro que se coma su oreja.
Gumaro recibe malas noticias. El reportero viaja a La Azucena, donde entrevista a la hermana mayor de Gumaro. Un conflicto moral detiene el libro.
El reportero no sólo debe ingeniárselas en cómo entrar al manicomio federal donde Gumaro se encuentra recluido. También debe conseguir que el caníbal lo recuerde y que acepte ayudarlo.