Es el verano de 2020 y con las infecciones por Covid están asolando América, la administración Trump está lista para gastar millones en obtener una vacuna y rápido. Para los fabricantes — que enfrentan los enormes costos de aumentar la fabricación y extender sus pruebas en humanos a gran escala — la ayuda gubernamental es bienvenida. Pero con la carrera por crear una vacuna a máxima velocidad, aparece la necesidad de asegurarle al público que es la ciencia, y no la política, la que toma las decisiones.