Divas de la música ha habido muchas en la historia, aunque sobre todo en el siglo XX, pero ya las había antes, en el ambiente de la ópera, que ahí se movía unas pasta gansa, pero La Maupin, fue la diva definitiva, porque además de bisexual, era una experta maestra de esgrima, una macarra que buscaba movida allá donde iba y una de las mejores cantantes de su época en Francia. Fue muy intensa, pero mucho, y puso en su sitio a muchos babosos sobajosos de la época que estaban todo el día sobajeando a sus compañeras de la Académie de Musique, o sea, la Ópera Real. Murió muy enamorada, la pobre, pero no se puede decir que no tuvo una vida intensa.