Alan Turing tenían una mente privilegiada para las matemáticas, pero no sólo eso, porque se le considera una de los padres de la computación y la informática tal y como hoy la conocemos. Era homosexual y por eso lo condenaron, simplemente, a pesar de haber sido un factor clave en la derrota de los nazis en la II Guerra Mundial. Su muerte sigue envuelta en un halo de misterio, pero a él los homosexuales ingleses le deben también la Ley Turing, que exonera a todos los condenados por ser homosexuales desde 1885.