William Lygon era un noble inglés de rancio abolengo, pero además de los de verdad, con sus castillos medievales y todo, y medró en la sociedad británica con todos los méritos y títulos. Casado y con siete hijos, tuvo sus escarceos y sus novios hasta que su cuñado se enteró y lo denunció. Se montó una buena, pero sus hijos jamás lo abandonaron y su historia inspiró la novela Retorno a Brideshead, de Evelyn Waugh, de la que la británica ITV hizo una serie mítica.