En este capítulo, el sexto ya, hablamos de el más célebre actor de comedias del Siglo de Oro español, el gracioso Cosme Pérez, más conocido como Juan Rana, tan excelente actor y mejor cómico que hasta los reyes se jactaban de tenerlo a su servicio y por eso se salvó de que la Inquisición se encargase de él por culpa del pecado nefando que practicaba, o sea, por ser homosexual.