Zak, Nick & Aaron embark on a 2-part lockdown on the island of Jamaica, which includes an exploration of the Rose Hall's infamous White Witch and the never before investigated home of Johnny Cash.
Zak, Nick y Aaron se embarcan en un encierro de 2 partes en la isla de Jamaica, que incluye una investigación a fondo de la infame “White Witch of Rose Hall” y la casa nunca antes explorada del cantante Johnny Cash. Rose Hall es una mansión de estilo georgiano en Montego Bay, Jamaica, considerada como una casa embrujada, es la más famosa de la localidad por la leyenda de la “Bruja Blanca“.
Se trata de una mansión de estilo georgiano con una base de piedra y una planta superior pegada en lo alto de la colina, con una vista panorámica sobre la costa. Fue construida en la década de 1770 a un costo de alrededor de 30 mil libras y posteriormente, pasó a ser propiedad de John Palmer.
Rose Hall fue restaurado en la década de 1960 a su antiguo esplendor, con pisos de caoba, ventanas y puertas interiores, paneles y techos de madera. Está decorada con papel pintado de seda impresa con las palmas y los pájaros, adornadas con candelabros y amueblada con antigüedades en su mayoría europeos.
El señor Palmer comenzó un romance con Annie Mae Patterson, una chica procedente de Francia, con la que se casó en 1820. Lo que comenzó como un matrimonio feliz, terminó desembocando en un tortuoso final de terror que protagonizó la propia Annie Mae, a la que sólo le movía apoderarse de la fortuna y tierras de su esposo. Para ello, Annie no tuvo reparos en acuchillarlo en su propia cama hasta matarlo, con el fin de convertirse en la señora absoluta de la hacienda Rose Hall.
A su primer esposo le sucedieron otros dos maridos, que también corrieron su misma suerte, aunque el segundo murió envenenado y el tercero estrangulado. Con estos fallecimientos la fortuna de Annie aumentó, ya que heredó todos los bienes de sus infelices cónyuges. Para deshacerse de los cadáveres, Annie ordenó a sus esclavos que sacaran los cuerpos empleando los pasadizos subterráneos hasta llevarlos a las playas cercanas donde serían enterrados. Para no levantar sospechas
Au début du XIXe siècle, la maîtresse d'une plantation de canne à sucre dans les Caraïbles, à Montego Bay, faisait torturer et tuer ses esclaves.