Frank Cuesta cumple uno de sus objetivos desde que llegó a Costa Rica: encontrar la víbora “Bushmaster” o “matabuey”. Frank no quiere marcharse de América sin conocer a la víbora más grande del mundo, la Bushmaster. “Llevo tres años deseando ver esta víbora.
Aquí la llaman la ‘matabuey’ porque es capaz de matar a un buey con un solo mordisco”, explica el aventurero. Para encontrarla, Frank y su equipo tienen que adentrarse de nuevo en la jungla más profunda de Costa Rica y caminar por lugares absolutamente vírgenes.
Murciélagos blancos, ranas transparentes, insectos que parecen hojas y zaínos -una extraña mezcla de cerdo y jabalí- son otros animales que Frank descubre antes de decir adiós a la selva americana.
Y de San José de Costa Rica a Bangkok (Tailandia). El equipo del programa acompaña a Frank Cuesta hasta Tailandia en un trayecto de 17.000 kilómetros de distancia durante 24 horas de vuelo. En la capital tailandesa le espera su mujer -la modelo Yuyee- y sus hijos Zape, Zorro y la pequeña Zen.
Ya en casa y en familia, Frank recibe la llamada de una mujer pidiéndole ayuda para que desaloje un murciélago gigante que ha entrado en su vivienda. El aventurero, miembro de la Asociación de Rescate de Animales de Tailandia, acude a su llamada para devolver este ejemplar a la naturaleza. “En libertad. Así es como tienen que estar los animales”, asegura Frank.
Frank Cuesta cumple uno de sus objetivos desde que llegó a Costa Rica: encontrar la víbora “Bushmaster” o “matabuey”. Frank no quiere marcharse de América sin conocer a la víbora más grande del mundo, la Bushmaster. “Llevo tres años deseando ver esta víbora.
Aquí la llaman la ‘matabuey’ porque es capaz de matar a un buey con un solo mordisco”, explica el aventurero. Para encontrarla, Frank y su equipo tienen que adentrarse de nuevo en la jungla más profunda de Costa Rica y caminar por lugares absolutamente vírgenes.
Murciélagos blancos, ranas transparentes, insectos que parecen hojas y zaínos -una extraña mezcla de cerdo y jabalí- son otros animales que Frank descubre antes de decir adiós a la selva americana.
Y de San José de Costa Rica a Bangkok (Tailandia). El equipo del programa acompaña a Frank Cuesta hasta Tailandia en un trayecto de 17.000 kilómetros de distancia durante 24 horas de vuelo. En la capital tailandesa le espera su mujer -la modelo Yuyee- y sus hijos Zape, Zorro y la pequeña Zen.
Ya en casa y en familia, Frank recibe la llamada de una mujer pidiéndole ayuda para que desaloje un murciélago gigante que ha entrado en su vivienda. El aventurero, miembro de la Asociación de Rescate de Animales de Tailandia, acude a su llamada para devolver este ejemplar a la naturaleza. “En libertad. Así es como tienen que estar los animales”, asegura Frank.