Comienza una turbulenta etapa donde Inés se tiene que acostar con el padre de Hugo bajo el mismo techo. A Inés, Tomás le sobra. A Hugo, por su parte, se le hace intolerable que su padre acaricie a la mujer que él ama. Ainara es la cuarta pieza en ese hogar desenfocado. Atraída por Hugo, comienza a reclamar el derecho de poder ver a su madre.