Agosto de 1992. Un delincuente ingresa a la morada de la familia de Manuel Arias y Virginia Olmos, en la comuna de La Huayca, Pampa del Tamarugal, el dueño de casa se percata del delincuente y lo espanta. Sin embargo, minutos más tardes observa una huella de una zapatilla marcada en el barro, pero no dio aviso a la policía. La duda estaba sembrada y el miedo se apoderó de los moradores durante las siguientes noches. Tiempo más tarde el delincuente vuelve a robar al hogar y la dueña de casa se percata del asalto. Sin embargo esta vez, sus peores pesadillas se hicieron realidad.