César Román, El Rey del Cachopo, se comunica de manera clandestina desde su celda en la prisión de Soto del Real para contarlo todo sobre su historia: el ascenso y la caída de un personaje que durante más de dos años se convirtió en una celebridad acaparando páginas de periódicos y espacios en programas de radio y televisión. Pero todo eso se desvaneció, como tantas otras cosas en su vida. Ahora está acusado de la desaparición y muerte de su ex novia, Heidi Paz, cuyo torso desmembrado apareció en 2018 en una nave industrial que él tenía alquilada.
Finales de 1994. Los sindicatos ejercen una enorme presión y convocan una nueva huelga general. Entre ellos, un jovencísimo César Román. Su carisma, arrojo y liderazgo, su valentía frente a todo y todos, le hacen escalar hasta terminar como responsable de los trabajadores en Mercamadrid. Hasta que se descubre quién es realmente. Analizamos la vida como militante radical político de El Rey del Cachopo.
Tras un pasado juvenil en la Falange, el salto político de César Román ya está aquí. Se presenta a alcalde, a jefe de correos, a jefe de policía nacional, al de la municipal. Fracasa, como suele sucederle después de los primeros momentos de éxtasis, pero no se arredra. Sueña con un partido ultraderechista, El Rey del Cachopo era un visionario, un adelantado a su tiempo. Sin embargo, aquello, como casi todo en su vida, acabó mal. Deudas, huida hacia adelante, escapatoria.
Málaga, ciudad gris de puerto. De repente, se convierte en una de las ciudades más importantes de España, un lugar donde florecen las oportunidades, un destino ideal para los oportunistas. César Román llega con un pasado que es mejor que olvidar. Es un hombre nuevo que quiere comenzar de cero y para ello qué mejor que desembarcar en un lugar donde no lo conoce nadie. Se convierte en un personaje recurrente de los periódicos. Poco después, acuciado por las deudas, se repite la historia.
César Román aparece convertido en un cocinero de éxito, experto en cachopos. No es raro encontrárselo en radio, televisión o prensa. Vive en la cima de su existencia. Pero detrás del éxito hay mucho oculto. En ese tiempo comienza una relación con Heidi Paz. Los dos desaparecen de pronto. Cuando todo el mundo cree que la pareja se ha fugado huyendo de unas deudas, un pequeño incendio alerta a los vecinos. Los bomberos que acuden a sofocar el fuego se encuentran arrumbada una maleta. Dentro se esconde el torso de un cadáver.
Los forenses analizan el cadáver encontrado en la nave y concluyen que no es el de Heidi Paz. Eso deja en suspenso toda la investigación. La prensa cuenta la historia y bautiza al desaparecido César Román como El Rey del Cachopo, al que todavía no se le considera un asesino. Sin embargo, la policía pide repetir las pruebas forenses y, esta vez sí, se demuestra que el torso es el de Heidi. El anterior análisis estaba equivocado. La policía, por fin, emite una orden de busca y captura y lo encuentra escondido, bajo otra identidad, en Zaragoza. Por el juzgado empieza a desfilar César, al que escuchamos negar el crimen ante la jueza. Pero también testigos que aseguran haberlo visto transportando una maleta en un taxi y salir de la nave el día que sucedió el incendio.
Ramón Fernández de Mera es el abogado de la familia de Heidi Paz. Retrata a César como un asesino sin escrúpulos, mentiroso y pendenciero. Su misión es que César pase los siguientes 20 años en prisión. Manuel Alonso es un joven abogado que ahora se enfrenta a su caso más difícil, el del Rey del Cachopo. Alonso tendrá que convencer al jurado de que no existen pruebas sólidas contra César Román. El jurado popular habrá de decidir. Pero en el último momento César decide cambiar de abogado. Ana Isabel Peña dará la vuelta al caso con las que asegura que son unas pruebas determinantes para asegurar la inocencia de César.
Sería injusto no detenernos en Heidi. Una chica natural de San Pedro Sula, Honduras. Heidi se fue, como tantos otros, a Europa en busca de una vida mejor. Sin embargo, huyendo de la violencia, Heidi se encontró con ella. Trabaja para César Román como camarera y comienzan una relación. Y, de pronto, desaparece. Hasta que encuentran el que parece ser su torso en una maleta. Un final cruel y desgarrador que abre todas las preguntas y que, sobre todo, dirige todas las miradas hacia César Román.
Hemos conocido todas las caras de César Román. Hemos viajado hasta Honduras, para descifrar la vida de Heidi Paz. Ahora nos trasladamos hasta otro escenario. Uno mucho más sobrio. Román vuelve a recuperar su ansiada atención mediática, pero con el foco puesto en un agujero negro. Un crimen que puede marcar el resto de su vida. Sentado ante el jurado, parece tener explicación para todo. Lleva casi tres años esperando este momento. Empieza el juicio de El Rey del Cachopo.
Decenas de testigos se pasan el relevo frente a un jurado que debe tomar una decisión. El juicio de César Román se parece a su propia vida, un vaivén de situaciones, de personajes, de escenas y todas ellas cuentan con dos caras, la de la acusación y la de la defensa. Una defensa que pide justicia para Heidi Paz. El Rey del cachopo no es capaz de contenerse. Está nervioso, pasando notas a su abogada, intentando controlar una situación que se le va de las manos. En el centro, las pruebas, entre ellas, una maleta cuyo olor impregna la sala y recuerda el crimen que se ha cometido. El Rey del Cachopo se enfrenta a su veredicto final.
La historia de César Román ha terminado. Por ahora. Descansa en su celda sentenciado a 15 años de prisión. Ha sido declarado culpable de homicidio y profanación de cadáver. Termina aquí la investigación realizada por un equipo de periodistas que buscaban mostrar todas las caras de El Rey del Cachopo. Pero también, primar por la verdad y la justicia hacia Heidi Paz Bulnes. Una víctima más de la terrible violencia de género que nos asola.