Marbella recupera su esplendor con un crecimiento inmobiliario sin precedentes que desafía todas las normativas urbanísticas. Gil dispone de pocas horas para cubrir la deuda y hacerse con el control del Atlético de Madrid.
Tras el doblete del Atlético, Gil se encuentra en la cima de su popularidad. La Fiscalía Anticorrupción registra simultáneamente el Ayuntamiento de Marbella y el Atlético. Gil ingresa en prisión. Al salir, emprende su mayor desafío político.
La justicia impide a Gil ocupar cargos públicos. Llega Julián Muñoz al Ayuntamiento de Marbella. El Atlético regresa a Primera División después de su paso por Segunda. Gil fallece, pero la polémica en torno a su figura sigue viva.