Cada verano, si uno estudia bien de cerca las giras de los grupos más destacados, acabará encontrándose con el nombre de un lugar que no sabría situar en el mapa. ¿Qué tiene de especial ese local en el que cada verano repiten músicos como Iván Ferreiro, Leiva, Coque Malla, Leiva, Leonor Watling, Love of Lesbian, Xoel López y hasta Los Secretos? ¿Por qué van? y, sobre todo, ¿por qué todos siempre quieren volver?
Gracias a ese ambiente de familiaridad que propicia Miguel, su propietario, los músicos que pasan por El Náutico tienden a mezclarse. Por ello, a lo largo de sus 25 años de historia, este local a orillas del atlántico ha sido testigo de colaboraciones únicas en la historia musical patria, como el nacimiento del ‘megagrupo’ La Orquesta Poligonera, o aquella vez que Pereza, Xoel López y Kike González acabaron tocando juntos hasta altas horas de la madrugada.
Hace 25 años El Náutico de San Vicente nacía como el sueño de toda una familia que, por la enfermedad del patriarca, vio peligrar su lugar de veraneo. Su actual propietario, Miguel de la Cierva, instauró un modelo de gestión basado en proporcionar a sus amigos y sus más allegados un lugar en el que disfrutar con la música. Poco tiempo después, esos sonidos bohemios que describían un lugar en el que todo era posible llegaron a oídos de los artistas más conocidos de nuestro país. Fue entonces que empezó la peregrinación de Pereza o Di Elas (grupo de Luis Tosar), Leonor Watling, Coque Malla o el presentador de televisión Fernando Gonzo.
Los músicos habituales del Náutico explican qué es lo que realmente les hace volver: Miguel de la Cierva. Un anfitrión que maneja el Náutico con un hippismo funcional, cuyo objetivo principal es hacer que todo el mundo se sienta como en casa.
Miguel siente que el Náutico ha crecido demasiado y no quiere perder la esencia con la que nació: un lugar en el que disfrutar de la buena música sin importar quién la crea. Para ello, se sienta con Iván Ferreiro, que le ayuda a reflexionar sobre el futuro de ese lugar mágico.