En los más de mil kilómetros de frente de batalla, las condiciones de vida son complicadas. Poblaciones en las que ya solo queda artillería, cristales rotos y los ladridos de los perros asalvajados. No hay luz, no hay gas y el invierno ya está llamando a la puerta. Los ucranianos se preparan, pero queremos indagar en cómo el frío y el barro pueden cambiar la guerra. Lo analizamos con Alberto Rojas [https://www.elmundo.es/autor/alberto-roj...], enviado especial de EL MUNDO