Una década después de la restauración del Ecce Homo, Borja se ha convertido en un destino turístico al que personas de todo el mundo se han acercado para contemplar lo que ya es un 'icono pop'. La gran culpable de que esto sea así es Cecilia Giménez, la mujer que, con la mejor de las intenciones, se propuso restaurar una obra de principios XX que terminó convirtiéndose en fenómeno viral.