El 4 de mayo de 2017, un ciclista encuentra un coche quemado en uno de los caminos del Pantano de Foix. Cuando los mossos se acercan al lugar, localizan, en el maletero del vehículo, los restos del cadáver de una persona totalmente carbonizado.
La jueza llama a declarar a la pareja de la víctima, también agente de la Guardia Urbana, Rosa. Según ella, el fin de semana previo al crimen, no dejó de recibir mensajes de Albert, su ex amante, que seguía obsesionado con ella y odiaba a Pedro.
Después de escuchar la versión de Rosa, en la que culpa a Albert de la muerte de Pedro, es el momento de conocer la declaración de él. El ex agente explica que la noche de los hechos Rosa le llamó y le pidió ayuda. Nada encaja con la declaración de ella.
El caso de la Guardia Urbana llega a juicio con dos versiones completamente contradictorias. Sin embargo, la fiscalía y la acusación particular están convencidas de que cometieron el crimen entre ambos. Pero tienen pocos elementos por demostrarlo.