Las primeras noches a bordo de la Nao San Miguel no son cómo las doncellas esperaban. Los vaivenes de la nave hacen estragos entre las jóvenes, pero Ana reprime su malestar para ayudar a sus compañeras de viaje. La expedición llega a Gran Canaria, donde les espera un destacamento de soldados y el resto de expedicionarios. Allí, Mencía se encuentra con su amiga Isabel de Cabrera y con la hija de ésta, Elvira, que también se unirán a la aventura. Una tormenta planea sobre la Nao San Miguel, las naves de Ovando y Becerra van más adelantadas y Mencía no quiere perderlas de vista. Sin embargo, Salazar cree que es mejor replegar hasta que el tiempo mejore. Una vez más, el capitán y Mencía vuelven a enfrentarse. Pelayo, que iba de polizón, casi muere ahogado, y es descubierto al ser salvado por Alonso. Tras la tempestad hay que reparar los desperfectos. Se han quedado sin timón y van a la deriva, los animales se han ahogado y no saben si tendrán agua y víveres suficientes para sobrevivir antes de llegar a la costa. Además, han perdido el rastro de las otras dos naos.