Diana sigue empeñada en averiguar quién es el misterioso amante de su hija. Tiene la sospecha y, ahora, tiene también un calcetín del susodicho. Con él emprende una exhaustiva ronda de interrogatorios confiando en que le lleve hasta el dueño. Al que no le incrimina ninguna prueba es a Erik. Sin embargo, cada vez son más numerosas las voces que desconfían del chaval. Y su única defensora, Cloe, que está convencida de su buen fondo, puede que pronto tenga cambiar de opinión. En África, Carmen, tras haber despotricado contra todo y contra todos, sufre la “resaca” de su pérdida de papeles y ahora tiene que hacer que las aguas vuelvan a su cauce. Por su parte, Patricia busca un nuevo aliado para averiguar qué misteriosa carga se esconde en sus propios camiones. Inés, que sufrió un duro revés al descubrir el presunto desliz de Ángel, culpa a su amante, y Ángel sufre los efectos de ese malintencionado rumor.