En el pueblo se respira un aire especial. Triste, por un lado, porque la despedida de María es inminente y parece imposible que cambie de opinión o que, al menos, firme la paz con Cloe. Y emocionante, por otro lado, porque la visita del inspector está a la vuelta de la esquina y los preparativos tienen a todos implicados e ilusionados. Pero especialmente a Julia y a Tirso que, al trabajar estrechamente, tendrán una oportunidad de recuperar la complicidad que perdieron; y a Sergio, que sigue remando contra viento y marea por integrarse en la vida de su ex. Mientras, en África, otro gran evento impregna de alegría los días de la colonia. Por fin tiene lugar el aniversario del Río Club. Y nadie quiere dejar pasar esa noche, sin dar un paso especial en sus ambiciones y anhelos: el de Víctor es seguir dando pasos hacia la conquista de Carmen; el de Alicia, formalizar su relación con Ángel; y el de Inés, que su amado deje de torturarla y reconozca de una vez que su amor sigue intacto.