El jurado que decidirá el futuro de Dolores se forma contaminado por el alcance mediático del caso. Con Alicia señalando a la acusada, el juicio se convierte en un variopinto desfile de testigos que apoyan el relato de la acusación.
As Dolores’ trial approaches, Alicia stokes a media frenzy with her television appearances, raising concerns about a biased jury. While the prosecution presents a case built on conjecture, a handful of questionable witnesses support their allegations.