El cuchillo de trinchera fue desarrollado durante la Primera Guerra Mundial para que los soldados tuvieran un arma de combate cercano. En su diseño incluían en la empuñadura una manopla, puño americano o llave de pugilato para poder atacar con cualquier parte del arma. Esto dotó a los cuchillos de popularidad y eficacia, ya que podían ser armas cortantes y de contusión. Pero no deberán partir de una barra clásica de acero sino que deberán elegir materia prima de un montacargas que va para chatarra.