Heródoto dijo que Egipto era un regalo del río Nilo. Y así es. Los primeros pobladores del Valle del Nilo llegaron en la prehistoria buscando esas zonas húmedas que el río les proporcionaba. Es ahí cuando comienza una historia increíble que se extiende hasta la actualidad. El dios Hapy es la encarnación de esta corriente de agua cuyas crecidas dieron vida a una zona completamente desértica. Pero no todo fueron bondades. Los momentos de carestía también se notaron en Egipto debido a la ausencia de crecidas, dando paso a graves revueltas y crisis económicas.