Ana María es limpia y ordenada. Muy limpia y ordenada. Pero que muy muy limpia y ordenada. Tanto que prefiere no dejar entrar a nadie a su casa para que no se la desordenen. Tanto que limpia en secreto las mesas cuando se va a tomar algo a una terraza. Sin embargo, Manuel Burque no es sucio, pero es muy desordenado. Tanto que a veces pierde cosas varias veces al día en su desorden. Tanto que llega tarde a los sitios porque no encuentra nunca las llaves. Orden vs desorden. Una charla entre dos opuestos irreconciliables, pero que deben aprender el uno del otro para vivir más felices.